DRAGON BALL VS VIAJE AL OESTE
DRAGON BALL VS EL MITO REAL
Muchas veces consumimos historias en anime, series,
películas, libros, manga, etc., pero no siempre tenemos en cuenta la historia
que las inspiró. Acompáñame a conocerlas.
Hoy les ofrecemos uno de los mitos presentes en el anime
"Dragon Ball". Hablemos de un encuentro que marcaría el comienzo de
una gran aventura.
Bulma y Goku se conocen
Esto sucede durante el primer episodio del anime titulado
“Bulma y Son Goku”. Goku, usando sus habilidades en artes marciales y
movimientos ninja, se encuentra pescando y consigue un enorme pez. Mientras
regresa a su casa, es atropellado por un coche que iba a toda velocidad,
haciendo que salga volando junto con el pescado. En el vehículo se encuentra
Bulma, una adolescente. Goku, que nunca había visto un automóvil por haber
vivido siempre en las montañas, lo confunde con un monstruo que intenta robarle
su comida y saca su bastón con la intención de golpearlo. En ese momento, Bulma
le dice:
“No, no quiero tu comida. No soy un monstruo, soy un ser
humano.”
Goku, que jamás había visto a una chica, sigue
desconcertado. Sin embargo, Bulma le explica que es una mujer, y él recuerda
las enseñanzas de su abuelo, quien le inculcó la importancia de ser amable con
las chicas. Esto lo calma y decide conversar con ella. Durante la charla, Goku
aprende algunas cosas sobre la vida en la ciudad, y Bulma termina aceptando su
invitación para comer el pescado en su casa.
En el camino, se preguntan sus nombres. Goku menciona que su
nombre completo es Son Goku, pero prefiere que lo llamen solo Goku. Bulma le
dice su nombre, lo que provoca que Goku se ría porque le parece gracioso,
molestando a Bulma.
Al llegar, Goku busca pasar un momento con su
"abuelo", que en realidad es la esfera del dragón que él le dejó como
recuerdo. Bulma entonces le muestra las dos esferas que posee y le explica la
magia de las esferas del dragón:
“Al reunir las siete esferas puedes pedir un deseo al gran
dragón Shenlong, y él lo hará realidad.”
Después de esta conversación, Bulma le propone a Goku que la
acompañe a buscar las esferas del dragón para vivir aventuras y volverse tan
sabio como su abuelo, Son Gohan. Goku acepta de inmediato, y así comienza la
gran búsqueda de las esferas del dragón junto a ellos dos.
Tripitaka y Sun Wu Kung
Todo esto sucede en el capítulo 14 del mito Viaje al Oeste, en la
obra Las aventuras del Rey Mono (Tiempo de Clásicos nº 18), Edición
Kindle. Como aclaración, Tripitaka también es conocido como Chen Hsuan-Tang.
Tripitaka, con la ayuda de Puo-Chin, llega a la Montaña de las Dos
Fronteras. Puo-Chin le explica que no puede cruzar a la otra frontera porque no
le está permitido. Mientras tanto, el monje Tripitaka siente miedo, ya que el
camino para encontrar las escrituras sagradas está lleno de peligros, y sabe
que no podrá enfrentarlos solo. De repente, ambos escuchan una voz que dice:
“¡Mi maestro acaba de llegar! ¡Mi maestro acaba de llegar!”
Tripitaka y Puo-Chin comenzaron a temblar. Puo-Chin entonces comenta:
“Lo más seguro es que ese sea el mono que lleva varios siglos encerrado en
el interior de la montaña.”
“¿De qué mono estáis hablando?” —preguntó Tripitaka.
Puo-Chin le explica que el mono ha estado atrapado en la montaña durante
varios siglos, siendo alimentado con bolas de hierro y calmando su sed con
bronce líquido.
“¿Por qué habéis tardado tanto en llegar, maestro? Llevo esperándoos siglos.
Sacadme de aquí, y juro que os protegeré de todos los peligros que encontréis
en el camino hacia las tierras del Paraíso Occidental. ¿Te ha enviado el
emperador de las Tierras del Este en busca de las escrituras sagradas?”
—agregó.
“Así es” —admitió Tripitaka—. “¿Por qué lo preguntas?”
El mono le explicó que fue castigado y aprisionado bajo una montaña porque
había sembrado el caos en los cielos del Palacio Celeste, y solo Buda pudo
detenerlo. Un día, la Bodhisattva Kwan Yin le informó que un hombre en busca de
las escrituras sagradas llegaría y lo liberaría, y que debería acompañarlo en
su aventura para seguir las enseñanzas de Buda.
Tripitaka aceptó, y lo liberó.
Al salir de la montaña, el mono se acercó a su maestro, y lo demás lo citaré
textualmente:
“—¿Cómo te llamas, discípulo? —Yo— contestó el mono— me apellido Sun.
—Permíteme, en ese caso, que te busque un nombre religioso. Así me será más
fácil dirigirme a ti. —Semejante gesto os honra, maestro —replicó el mono—, y
yo os lo agradezco de todo corazón. Sin embargo, ya poseo un nombre religioso.
De hecho, me llamo Sun Wu-Kung.” (Capítulo 14, p. 352)
Así comienza la unión entre ellos y su gran aventura en la búsqueda de las
escrituras sagradas en el Paraíso Occidental.
En conclusión, si Bulma y Tripitaka hubieran visto mejor no hubieran chocado
ni pisado a su próximo compañero de aventuras.