REALIDAD VS MITO: LAS CONSTELACIONES
Las historias detrás de las estrellas
Muchas veces consumimos historias en anime, series,
películas, libros, manga, etc. Incluso gran parte de lo que vemos en nuestra
realidad, con su explicación exacta, tiene una historia fantástica detrás.
La constelación de Orión
Hablemos un poco sobre lo que se conoce de esta
constelación. Orión es una de las más reconocibles durante las noches. Se
encuentra en el ecuador celeste, una proyección imaginaria que divide la Tierra
en dos hemisferios (norte y sur) y se sitúa a 90 grados de los polos celestes.
En la siguiente imagen se puede apreciar mejor:
Estar en el ecuador celeste le permite ser un punto de referencia esencial para tomar coordenadas, como la latitud y la longitud. Esto facilita que desde cualquier punto de la Tierra se pueda apreciar bien la constelación, aunque dependiendo de la ubicación se verá más o menos, pero es visible desde ambos hemisferios.
Esta constelación tiene cinco estrellas principales:
- Betelgeuse: Es el hombro derecho de Orión, siendo
una estrella supergigante roja en una fase avanzada.
- Rigel: Es el pie izquierdo, siendo una estrella
supergigante azul. Es la más brillante de la constelación y una de las más
brillantes del cielo nocturno en general.
- Bellatrix: Es el hombro izquierdo de Orión, una
estrella brillante y masiva, aunque menos que Rigel.
- Saiph: Es el pie derecho de Orión, también una
estrella supergigante azul.
- Meissa: Es la cabeza de Orión, una gigante azul.
Estas estrellas destacan individualmente, pero también
se destacan en conjunto como "El Cinturón de Orión". Alnitak, Alnilam
y Mintaka son tres estrellas casi alineadas y equidistantes, lo que facilita su
reconocimiento.
Otra de las figuras que se pueden ver en esta
constelación es "La espada de Orión". Debajo del cinturón, cuelga un
grupo de estrellas y nebulosas. Dentro de esta espada se encuentra la Nebulosa
de Orión (M42), una región de formación estelar que se ve como una mancha
borrosa. También se encuentran Hatsya, la estrella más brillante, Thabit y
Orionis, que son menos brillantes.
Antiguamente, las civilizaciones no describían las constelaciones con los datos e investigaciones que hoy en día se han estudiado por los expertos. En lugar de eso, además de reconocerlas, se inspiraban en las historias asociadas con su mitología. Cada constelación tiene una trama diferente, e incluso algunas se conectan entre sí como en un “crossover”. Esta constelación, en particular, lleva el nombre de un personaje griego.
El mito de Orión
Existen dos versiones sobre su nacimiento. En una,
Orión es hijo de Poseidón (los océanos) y la gorgona Euríale. La segunda, que
considero más creativa, es la que les pido que mantengan en su memoria.
En una ocasión, Zeus (los cielos), Hermes (mensajero)
y Poseidón fueron recibidos por un anciano sin hijos llamado Hirieo. Por su
generosidad y hospitalidad, y al escuchar el sufrimiento de Hirieo por no tener
descendencia, decidieron darle un hijo. Para ello, colocaron una piel de buey
en la tierra y los tres dioses orinaron sobre ella, creando así a un ser de
gran tamaño y fuerza: Orión. Entonces, se podría decir que Orión tuvo tres
padres y un hombre que lo crio.
Gracias a estas cualidades, Orión se convirtió en un
cazador excepcional; se dice incluso que liberó a las islas de Quíos de bestias
salvajes. Sin embargo, además de los poderes divinos, heredó un gran orgullo
similar al de los dioses. Tanto que, en una de las versiones de su muerte,
Orión juró matar a todas las criaturas de la tierra, lo que enfureció a la
diosa Gea, conocida también como la Madre Tierra, quien le envió un escorpión
gigante para darle su juicio final.
Como cazador hábil, Orión llamó la atención de Artemisa, la diosa de la caza, con quien desarrolló una relación cercana. Orión se convirtió en el favorito de Artemisa, y juntos compartían la pasión por la caza. Algunos creen que pudieron haber tenido una relación platónica o romántica, y que Artemisa, quien había jurado no estar con ningún hombre, desarrolló sentimientos por él, aunque nunca tuvieron boda ni luna de miel.
Esto llevó a otra versión de su muerte, provocada por
los celos de Apolo (el sol), hermano gemelo de Artemisa. En esta ocasión, Apolo
desafió a Artemisa a una competencia de tiro con arco. Le señaló un punto en la
distancia, y Artemisa, confiada en su destreza, acertó con su flecha. Sin
embargo, el punto era Orión. Al darse cuenta de su error, Artemisa, para
honrarlo, lo colocó en el cielo como una constelación.
Mientras que, en la versión de la muerte por el
escorpión, fue Zeus quien lo convirtió en constelación a petición de su hija
apenada.
En conclusión, Orión siempre fue un blanco de tiro.