DEL ANIME AL MITO: RECORD OF RAGNAROK

 

RECORD OF RAGNAROK VS EL MITO REAL

Muchas veces consumimos historias en anime, series, películas, libros, manga, etc. Pero no siempre tenemos en cuenta la historia que las inspiró. Acompáñame a conocerlas.

Hoy conoceremos uno de los mitos que se encuentran en el anime repleto de dioses “Shūmatsu no Valkyrie” o “Record of Ragnarok”.

El origen de Heracles según el anime



Primero quiero decir que Heracles es Hércules. Este nombre proviene de la mitología romana y el primero de la mitología griega. Como es un peleador de los dioses griegos, usaré su nombre griego para hablar de él, aunque en el manga se refieran a él como Hércules.

Comencemos con el origen según el manga. En el capítulo 22 tenemos preguntas como: ¿cómo fue que el fiero dios de la fortaleza, Hércules, ¿ascendió al Olimpo? El panel nos muestra que nos situamos en Tebas (Grecia) aproximadamente en el año 2000 a.C. Al mismo tiempo, observamos a unos chicos golpeando a un niño que querían robar su vaca. Este niño se llama Cástor.

“El chico que después sería conocido como Heracles… Alceo”

Llega Heracles como un niño que, a simple vista, parece débil físicamente, pero tiene la fortaleza de gritar a los atacantes: “¡DETÉNGANSE! ¡YO SERÉ SU OPONENTE!”

En el siguiente panel, vemos a los niños sin la vaca y muy golpeados. Cástor interroga a Heracles: “¿Por qué sigues metiéndote en peleas si eres tan débil?” Heracles responde:

“¿Acaso no es obvio? Es porque esos chicos actúan mal”.

“Alceo… no sé si eres muy amable o simplemente muy estúpido”, respondió su amigo.

Con la misma energía con la que enfrentó a los atacantes, grita Heracles: “YO SIEMPRE QUIERO ESTAR DEL LADO DE LA JUSTICIA”.

Aun siendo muy débil físicamente, e Heracles nos muestra el alma más fuerte y justa de todas.

Así eran los días de Heracles: se enfrentaba y protegía a quienes eran víctimas de quienes tenían la intención de dañar al inocente, sin importarle el tipo de oponente al que pudiera enfrentar.

Pasamos a una escena donde la población de Tebas nos cuenta que en este día le agradecen a Zeus por concederles el alimento tan necesario, mientras hay un dibujo de un cerdo asado.

Cástor y Heracles se encuentran en una colina con un árbol en la cima, rodeados de la naturaleza. Heracles está haciendo flexiones y su amigo le ofrece comida. Este se niega a comer porque no se siente merecedor al ser débil. De repente, llegan los que atacaron a los amigos por la vaca.

“Oímos su conversación. ¿Entonces quieres volverte más fuerte, Alceo? ¿Por qué no intentas beber esa cosa de los dioses?”

Aquí comienza la historia de la Ambrosía, la sangre de Zeus. Nos dicen que, si es consumida por un verdadero héroe, le concederá un cuerpo eterno. Sin embargo, si alguien más la bebe, morirá instantáneamente. Dicen que el héroe Aquiles obtuvo su fuerza al beber Ambrosía.

Los chicos piensan que Alceo moriría al instante si quisiera beberla, pero su amigo le dice que no preste atención a esa vieja historia. Heracles responde: “Sí, lo sé. NO IMPORTA CUÁNTO DESEE VOLVERME MÁS FUERTE, NO TIENE CASO SI MUERO EN EL PROCESO”, con toda la fortaleza de su interior plasmada en su habla.

De aquí pasamos a una secuencia de él entrenando con la mentalidad de volverse más fuerte cada día, escogiendo el camino más difícil para ir más allá de su límite. Hasta que finalmente quedó tan fuerte físicamente que nadie en Tebas quería meterse con él.

Lo que no esperaba era que se enfrentaría a alguien más fuerte que un humano…

Los dioses estaban en su conferencia para la supervivencia de la humanidad y decidieron que sobrevivieran. Pero al mismo tiempo, estuvieron de acuerdo en darles un castigo, primero a la ciudad de Tebas. Y el encargado de llevar dicho castigo era Ares.

Nos dicen en un panel que, durante los tiempos en que los dioses y los humanos aún eran cercanos, cuando los dioses determinaban que la humanidad había avanzado demasiado, descendían para destruir elementos clave de la civilización.

Ese año, el ejército de los dioses descendió hacia Tebas. Ares descendía y la humanidad se rendía cayendo en la desesperación, teniendo como fortaleza sus rezos y súplicas.

Solo un hombre no lo hacía: era Heracles, con su garrote, a las afueras de las puertas de la ciudad. Con furia, fue directo a atacarlos, pero Ares lo mandó a volar de una patada. Los ciudadanos le gritaban que por favor parara y se rindiera, pero él se levantaba de nuevo para intentarlo otra vez, diciendo: “NO PASARÁS”.

Los humanos son seres débiles que se pueden doblar ante la maldad, pero de la duda nace el crecimiento y todos tienen espíritus de justicia en su interior. Los dioses, a pesar de las súplicas, quieren aplastarlos. Esto no lo puede permitir Heracles y saca la Ambrosía para bebérsela.

“YO SIEMPRE ESTARÉ DEL LADO DE LA JUSTICIA”, dice antes de ingerir. El efecto que tiene en su cuerpo parece un incendio por toda su piel y todos lo dan por muerto diciendo que fue un tonto. Ares comienza a cabalgar en su caballo cuando en su camino se cruza el garrote de Heracles y le dice: “¿A dónde vas? YA TE LO DIJE, NO PASARÁS”. Ya era una persona con el mismísimo poder para retar a los dioses. Entonces comenzó la batalla con el ejército de Ares, al cual venció sin problemas, ya que ahora poseía la fuerza de Zeus.

Ares era el único que podría con él. Entonces comenzó la pelea y no había un vencedor; los dos estaban a la par. Solo la entrada de Zeus impidió que continuaran: “Ya fue suficiente”. Observa a Heracles y nota que bebió la Ambrosía.

“Puedes convertirte en dios”, dice Zeus calmado. Todo el mundo, pero sobre todo Heracles, queda sorprendido por sus palabras.

“Tengo una condición”, responde Heracles. “Después de esto, quiero que prometan que nunca volverán a lastimar a la humanidad”.

“Y en cambio, tú los llevarás por el camino correcto”, responde Zeus.

“Lo haré”, afirma Heracles, quien seguidamente se despide de su buen amigo Cástor para volverse una divinidad.

Gracias a esto, durante los siguientes 4000 años, la humanidad no temió una invasión de los dioses.

En su ceremonia de ascensión, recibió como muestra de respeto de la esposa de Zeus su nombre “Hera” y el “kleos” que quiere decir orgullo o gloria. “Gloria a Hera” significa Heracles, el nuevo dios entre los griegos.

Esto definitivamente no es igual al mito griego del origen de Heracles, pero vamos a conocerlo por partes.

El origen de Heracles según el mito



Comencemos la historia un poco antes de su nacimiento. Todo se debe, como siempre, a Zeus, quien se enamoró de Alcmena, la esposa de Anfitrión, un reconocido general Tebano. Un día, el general Anfitrión partió en una campaña militar y dejó a su esposa sola. Zeus, en una de sus múltiples formas, se transformó en el mismísimo Anfitrión. De este modo, pudo entrar tranquilamente en la casa donde residían. Nadie, ni siquiera los sirvientes, sospechó que el rey del Olimpo caminaba entre ellos.

Zeus llegó hasta Alcmena, a quien convenció de entregarse a la pasión, creyendo ella que era su esposo. Tras el engaño y ya siendo de noche, el verdadero Anfitrión regresó de sus labores militares. Zeus, al percatarse, huyó sin ser descubierto, y Anfitrión, ignorando lo sucedido, buscó a su esposa para consumar el acto que el dios de los cielos había realizado poco antes. Alcmena, un poco confundida por todo, aceptó.

Al quedar embarazada, esperaba dos hijos. Aunque nacieron como gemelos, no eran del mismo padre y eran muy diferentes entre sí, lo que crea una biología mitológica bastante inusual. Ificles era hijo de Anfitrión, y Heracles, de Zeus.

La historia del nacimiento de Heracles no termina aquí, ya que incluso antes de nacer, el bebé estaba maldecido. Hera, al enterarse de otra de las infidelidades de Zeus, se enfureció, pero al no poder descargar su ira sobre él, la dirigió hacia las víctimas, en especial hacia Heracles.

Hera obstaculizó su nacimiento, haciendo que su madre sufriera grandes dolores, pidiendo a la mismísima Ilitía, la diosa del parto, que evitara el alumbramiento. Además, provocó que Euristeo, primo de Heracles, naciera antes, para asegurarse de que él, y no Heracles, se convirtiera en rey.

¿Pero por qué? Zeus había profetizado que en un día específico nacería un descendiente de Perseo que sería rey de Micenas. Heracles debía nacer en esa fecha, pues su madre era nieta de Perseo, pero también el padre de Euristeo, Esténelo, lo era. Entonces, Hera decidió adelantar el nacimiento de Euristeo.

Para que Heracles pudiera nacer, Galantis, una de las sirvientas de Alcmena, se dio cuenta de que la diosa Ilitía estaba sentada frente a la casa, como parte de la maldición. Entonces, se acercó y le susurró: “El niño ya ha nacido”. Sorprendida por tal afirmación, Ilitía se levantó, rompiendo la maldición.

Pero no terminó ahí. Apenas nacido, Hera envió dos serpientes para matar al bebé. Sin embargo, no contó con que este semidiós también tendría poderes divinos, y Heracles estranguló a las serpientes con su fuerza sobrehumana.

Otra de las cosas que enfureció aún más a Hera fue que Zeus, con sus múltiples trucos, logró que el bebé bebiera leche del pecho de la diosa. Al darse cuenta, Hera lo apartó bruscamente, y parte de la leche llegó al cielo, formando la Vía Láctea.

El nombre original de Heracles era Alcides, en honor a su abuelo Alceo, el padre de Anfitrión y rey de Tirinto en Argólida, quien también era hijo de Perseo. Esto significa que Alcmena y Anfitrión eran primos, pertenecientes a una familia muy poderosa. El cambio de nombre a Heracles se hizo para calmar la ira de Hera, aunque no lo logró del todo.

Heracles fue criado en la corte y educado en todas las artes propias de un aristócrata griego Tebano, incluyendo el manejo de las armas, la equitación, la música y la oratoria. Lino, hermano del famoso músico Orfeo, fue su maestro de música, pero Heracles no era de temperamento calmado. En un ataque de ira, golpeó a su maestro con la lira que utilizaba para practicar, matándolo de un golpe. Fue juzgado por asesinato, pero se libró gracias a la intervención de Anfitrión, quien argumentó que había actuado en defensa propia.

Otro de sus maestros fue Aglaea, una de las Cárites asociadas con el esplendor y la magnificencia. Las Cárites eran tres diosas menores del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad humana y la fertilidad, todas hijas de Zeus. Pero como este es el mito de Heracles, para no entrar en demasiados detalles, diremos que Aglaea le enseñó el arte de la guerra.

Castor, uno de los Dioscuros, famosos gemelos hijos de Zeus, le enseñó a combatir.

Con todos estos conocimientos, oportunidades y poder, Heracles emprendió el camino hacia sus grandes hazañas y más maldiciones por parte de Hera. Pero esas historias ya van más allá de su origen.

Vale mencionar que, tras pasar por todas sus aventuras y haber muerto, Zeus lo ascendió al Olimpo y lo casó con Hebe, diosa de la juventud e hija de Hera, sellando así un pacto de paz entre ambos.

Como paréntesis, quiero mencionar la ambrosía. No está directamente relacionada con Heracles, pero sí con los dioses olímpicos en general, ya que es su alimento o néctar, y su consumo les otorga inmortalidad y eterna juventud divina.

En conclusión, todo es culpa de Zeus.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Del Rey Mono al Guerrero Saiyajin: Cómo los arquetipos mitológicos cobran vida en el libro ilustrado

De Yokai a Talismán: Turbo Granny y el Maneki Neko en la Narrativa de Dandadan

Shiva en la Mitología Hindú y Record of Ragnarok: Un Análisis de sus Similitudes