¿"LA ÚLTIMA CENA ESTÁ EN LAS OLIMPIADAS 2024"? LA REPRESENTACIÓN
INAUGURACIÓN OLIMPIADAS 2024 VS MITO
Muchas veces consumimos historias en anime, series,
películas, libros, manga, etc., pero no siempre tenemos en cuenta la historia
que las inspiró. Acompáñame a conocerlas.
En esta ocasión, viajaremos a los Juegos Olímpicos París 2024 y su inauguración,
la cual ha tenido numerosas representaciones históricas. Sin embargo, nos
enfocaremos en la supuesta “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci.
La obra de Leonardo
La Última Cena es una de las obras maestras más reconocidas del Renacimiento. Esta obra capta dramáticamente el momento en que Jesús declara: “Uno de ustedes me va a traicionar”. Las poses de los 12 discípulos reflejan sus reacciones ante esas palabras. En el centro se encuentra Jesús, simbolizando con su postura el acto de compartir el pan y el vino como su cuerpo y sangre, la Eucaristía, un momento de suma importancia para el cristianismo.
¿Esta obra es realmente parte de la ceremonia?
El performance
A primera vista, parece que sí, por la composición, las poses de las personas e incluso parte del vestuario. Sin embargo, no todo encaja, ya que también aparecen personas drag, lo que ha generado controversia por la representación de un momento tan significativo de esta manera. ¿Pero representa realmente eso? La respuesta es no.
Thomas Jolly, director artístico de la ceremonia, declaró en una entrevista con BFMTV que La Última Cena no fue su inspiración. “La idea era más bien hacer un gran festival pagano, conectado con los dioses del Olimpo”.
Incluso en la cuenta oficial de los Juegos Olímpicos, se hace referencia a Dionisio, el dios griego del vino, la festividad, la fertilidad, el teatro, el éxtasis y la locura. La cultura drag, que representa expresión, transformación y libertad individual, también encarna varios de estos conceptos contemporáneos, rompiendo con las normas tradicionales y realizando teatralidad y performance.
Las olimpiadas y Grecia
Para eliminar toda relación entre el cristianismo y
las olimpiadas, es importante recordar que las Olimpiadas provienen de Grecia.
Las primeras olimpiadas se celebraron en la región de Elide, alrededor del año
776 a.C., como parte de un festival religioso dedicado a Zeus, el líder de los
Olímpicos, nombre que se le da al monte donde, según el mito, residían los
dioses más importantes.
Ahora, comparemos el performance con los dioses olímpicos a través de la obra El Banquete de los Dioses del pintor Jan Harmensz van Biljert, que vivió en el siglo XVII y cuyo estilo es el barroco. La obra representa a los dioses reunidos en un festín, manejando conceptos relacionados con la abundancia, celebración y convivencia divina. En la mitología griega, los banquetes de los dioses simbolizan la armonía y el poder divino, destacando la belleza y la interacción con los humanos. La inauguración de las olimpiadas refleja esta representación a través de la diversidad de personas que participan en ella.
La composición de la pintura dirige la atención del espectador hacia el centro de la escena, de manera similar a la inauguración, centrando la atención en la divinidad con rayos de luz alrededor de su cabeza, que en este caso es Zeus. Sin analizar los trajes de cada persona en detalle, podemos notar a alguien sosteniendo una lira, el instrumento del dios Apolo.
En la obra y en el performance, encontramos elementos como flores, frutas y otros detalles naturales que simbolizan la fertilidad y la abundancia. En la ceremonia, el cantante que representa a Dionisio añade un elemento de alegría y desenfreno a la escena, acorde con su rol en la mitología griega.
En conclusión, la ceremonia tiene más relación con la
mitología griega que con el cristianismo. Y, Hestia es la mejor olímpica.